Hermanos mexicanos enfrentan la horca

 KUALA LUMPUR, Malasia - Tres hermanos mexicanos y otras dos personas perdieron el jueves su última apelación a sus condenas de muerte por narcotráfico en Malasia.

 

Los mexicanos proceden de Sinaloa y no tienen historial delictivo en su país. Fueron detenidos en 2008 en una escondida instalación donde se fabricaba droga en Malasia, y afirmaron que estaban limpiando el lugar, no fabricando drogas.

Los cinco jueces en la Corte Federal, el tribunal superior de Malasia, rechazaron por unanimidad su apelación, indicó el abogado de los hermanos, Kitson Foong. La defensa ha alegado que se alteraron las pruebas, pero los jueces dijeron estar convencidos de la culpabilidad de los reos.

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José Regino González Villareal, de 37 años; Simón, de 40, y Luis Alfonso, de 47, fueron condenados a muerte en 2012. Los otros dos eran el singapurense Lum Hung Wang y el malasio Lee Boon Siah.

Los hermanos podrían pedir una revisión judicial del veredicto, indicó Foong. En Malasia, el narcotráfico conlleva pena de muerte obligatoria en la horca.

Tribunales menores ya habían rechazado las alegaciones de la defensa sobre algunas de las discrepancias en las pruebas suponían irregularidades, después de que un químico testificara que siete objetos que había recibido para analizar se veían distintos de lo que había visto en el lugar donde se fabricaba la droga.

La fiscalía niega que hubiera manipulación y afirmó que se encontraron rastros de productos químicos relacionados con las drogas en la ropa de los detenidos y en manchas en su ropa interior.

En la fábrica donde se produjeron las detenciones se incautaron más de 29 kilos (63 libras) de metanfetaminas, con un valor de 44 millones de ringgits (12 millones de dólares).

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Los hombres son los primeros mexicanos detenidos en Malasia por delitos de narcotráfico. En México trabajaban fabricando y vendiendo ladrillos, y su familia dijo que se habían marchado por una oportunidad laboral en el extranjero. Familiares y vecinos insisten en que no había indicios de que participaran en el tráfico de drogas.

El gobierno malasio dijo haber ahorcado a más de 440 personas en los últimos 50 años, muchas de ellas por delitos de drogas, y hay unas 900 personas en el corredor de la muerte.

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