Un pequeño quien estaba a punto de morir a causa de un problema en el hígado recibió una segunda oportunidad de vida gracias a un trasplante.
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El pequeño de tan solo un año y medio de vida se encontraba entre la vida y la muerte debido a que su hígado se deterioraba rápidamente. La madre dice que el niño comenzó a arrojar gusanos y arrojaba todo lo que consumía. Perdió peso repentinamente y su piel comenzó tomar otro color.
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Después de pasar tiempo luchando por su vida recibieron la mejor noticia, que habían conseguido un órgano compatible. Pero la vida del pequeño no sería fácil después de esta cirugía.