Obama: “frustrado” por intentos de derogar Obamacare

WASHINGTON - El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró el miércoles que es "exasperante" tener que defender continuamente al país de los intentos republicanos por derogar la ley de salud que él mismo impulsó, conocida como Obamacare.

El exmandatario recordó que el último esfuerzo conservador por tumbar y sustituir el sistema sanitario aumentaría los costos, reduciría la cobertura y revertiría las protecciones para los estadounidenses más vulnerables.

"Cuando veo a la gente tratando de deshacer ese progreso difícilmente ganado por quincuagésima o sexagésima vez, es exasperante", dijo en un evento en Nueva York patrocinado por la Fundación Bill y Melinda Gates.

Es la primera vez que el expresidente aborda el asunto desde que los republicanos del Senado renovaran su ofensiva para acabar con la Ley del Cuidado de Salud Asequible (ACA, en inglés), como se llama formalmente el Obamacare.

Obama reconoció que la situación le "frustra", pero pidió a sus simpatizantes que rechazaran la nueva legislación.

"Es ciertamente frustrante tener que movilizarnos cada dos meses para evitar que nuestros líderes inflijan sufrimiento humano real a nuestros electores. Pero típicamente, así es como se gana el progreso y como se mantiene el progreso", recordó.

Los líderes republicanos del Senado están tratando de lograr los apoyos suficientes para celebrar una votación la semana próxima sobre una propuesta de ley impulsada por los senadores Lindsay Graham y Bill Cassidy que revertiría disposiciones clave de Obamacare.

En un comunicado, Graham consideró "poco realista esperar que el presidente Obama reconozca" que su ley "está fallando".

"No es ninguna sorpresa que el presidente Obama se oponga a enviar dinero y poder a los estados, más cerca de donde viven los pacientes. Obamacare fue diseñado con el objetivo exactamente opuesto en mente: consolidar el poder del cuidado de salud y la toma de decisiones en Washington", agregó el senador.

Su propuesta cortaría la financiación federal para la ampliación Medicaid, que ayuda a obtener seguro a las personas de bajos recursos, mientras que transferiría dinero a los estados para su manejo a discreción en materia sanitaria.

También anularía los mandatos de Obamacare y crearía un programa de exención para los estados que buscan eludir las regulaciones de la ley.

Tras un estrepitoso fracaso este verano en el Capitolio, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió a sus colegas para aprobar cualquier tipo de derogación y así poder cumplir su promesa electoral de reforma sanitaria, la opción de Graham y Cassidy ha reabierto el debate sobre el asunto.

Sin embargo, los demócratas, encabezados por los líderes de las minorías en el Senado y la Cámara de Representantes, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, respectivamente, han advertido de las consecuencias del texto legislativo y han llamado a la Oficina no partidista del Congreso (CBO, en inglés) a que evalúe su posible impacto.

Las propuestas anteriores que plantearon los conservadores hubieran supuesto entre 22 y 32 millones de personas sin seguro médico en los próximos 10 años.

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