Demócratas exigen reforma migratoria

WASHINGTON - Los congresistas demócratas recurrieron el miércoles a una estrategia legislativa para forzar una votación sobre un amplio proyecto de ley de inmigración, un esfuerzo sin posibilidades de éxito, pero que busca incrementar la presión sobre los republicanos en un año de elecciones.

"Ha llegado el momento de que tengamos una votación", dijo el representante Xavier Becerra, que se unió a decenas de legisladores demócratas, activistas y la actriz América Ferrera con ocasión de los 273 días desde que el Senado aprobó un proyecto de ley bipartidista. Insistieron en que los representantes republicanos tomen medidas.

Parados en las escaleras del Capitolio, los asistentes sostuvieron que tienen los votos necesarios en la Cámara de Representantes para un proyecto de ley que garantice la posibilidad de la ciudadanía a unos 11 millones de personas que residen de forma irregular en Estados Unidos y reforzaría la seguridad fronteriza.

Los demócratas presentaron una petición que requiere la firma de 218 legisladores para actuar, medida con escasas posibilidades de éxito ya que los republicanos, incluso los que respaldan la reforma de inmigración, no están dispuestos a desafiar a su liderazgo. Los demócratas tienen 199 escaños en la cámara baja y necesitarían decenas de republicanos para imponer la medida.

Los republicanos no quieren votar sobre un tema tan polémico en un año de elecciones, especialmente ante los abundantes indicios de que lograrán avances notables en los comicios de noviembre.

Tras meses de gestiones conciliatorias, el presidente Barack Obama emitió una declaración ensalzando la posición demócrata y fustigando a los republicanos.

"La reforma de inmigración es lo adecuado para nuestra economía, nuestra seguridad y nuestro futuro", dijo Obama. "Una gran mayoría del pueblo estadounidense concuerda. Lo único que se opone es la renuencia de los republicanos en el Congreso de ponerse al día con el resto del país".

El Senado aprobó en junio un proyecto de ley sin restricciones, pero la medida se encuentra atascada en la Cámara de Representantes controlada por los republicanos, donde defienden una reforma fragmentada. La gestión no prosperó y los proyectos de ley aprobados a mediados del año pasado por la Comisión Judicial siguen sin ser considerados.

El presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, y otros líderes republicanos presentaron en enero un proyecto de reforma de inmigración pero los legisladores se negaron a considerarlo. Boehner atribuyó la renuencia republicana a la desconfianza colectiva de que Obama haga cumplir cualquier ley nueva.

El senador Chuck Schumer, un demócrata por Nueva York que ayudó a diseñar el proyecto del Senado, dijo que entiende que "la gente está bajo restricciones políticas, pero aquellos que creen en la reforma migratoria pero se niegan a firmar la petición tienen la obligación de proponer una alternativa viable que consiga que un proyecto de inmigración se convierta en ley".

Esa renuencia entre los republicanos de la Cámara ocurre pese a que los grupos empresariales, sindicatos, líderes religiosos y otros activistas se han congregado para impulsar del proyecto. Además, algunos republicanos han argumentado que si no se aprueba la reforma este año eso podría tener un costo político en los comicios presidenciales.

Contáctanos