“Dreamers” inundan oficinas

SAN DIEGO - Algunas escuelas en el estado de Washington están tardando casi un mes en enviar certificados de notas. El consulado mexicano en Denver está funcionando los sábados debido al aumento en las solicitudes de pasaportes, y las escuelas públicas de San Diego han contratado cinco empleados más para lidiar con los pedidos de registros.

Escuelas y consulados se han visto inundados de solicitudes de documentos luego que el presidente Barack Obama anunció un programa para permitir a jóvenes inmigrantes sin papeles a que soliciten permisos de trabajo que podrán ser renovados cada dos años.

Se estima que unos 1,7 millones de personas pueden aplicar para la medida, que bien podría ser el mayor esfuerzo en más de 25 años para sacar a los inmigrantes de la clandestinidad. Los solicitantes -algunos de los cuales están ansiosos por iniciar el proceso rápido antes de las elecciones de noviembre- están viendo que en pocas semanas podrán alcanzar un anhelado sueño que les ha eludido por años.

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La enorme cantidad de solicitudes es señal de que la nueva política es sumamente popular. El gobierno estadounidense anunció este mes que había aprobado las primeras 29 solicitudes, de un total de 82,000 que ha recibido desde que comenzó a recibirlas el 15 de agosto.

El consulado mexicano en Los Angeles emitió 17,444 pasaportes y tarjetas de identificación en agosto, un aumento de 63% comparado con el mismo periodo el año pasado, y todo debido a la nueva medida, dijo el cónsul general David Figueroa Ortega.

El tiempo de espera para una cita para solicitar un pasaporte en el consulado más grande que tiene México aumentó de uno o dos días a 40 días el mes pasado, pero después bajó a 30 luego que el consulado contrató a otros cinco trabajadores, decidió abrir los sábados y dejó que otras oficinas abran los siete días a la semana en vez de cinco.

El Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos emitió recientemente una serie de aclaraciones sobre las solicitudes, dando alivio a muchos inmigrantes que temían tener que dar un reporte minucioso de dónde habían estado.

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Los solicitantes deben haber llegado a Estados Unidos antes de los 16 años de edad, deben tener 30 años o menos, deben ser graduados de secundaria o ser estudiantes universitarios, o haber servido en las fuerzas armadas, y no pueden tener prontuario policial. Además, deben haber vivido en Estados Unidos desde al menos junio del 2007.

Las nuevas normas, anunciadas el 14 de septiembre, estipulan que los solicitantes deben suministrar toda la documentación "razonablemente posible" que demuestre que han estado cada año en Estados Unidos, pero no es que tengan que haber documentado cada día de los últimos cinco años.

El gobierno también dejó instrucciones claras para los empleadores, muchos de los cuales temían tener que suministrar pruebas del estatus legal de cada empleado. Los documentos no pueden ser usados en contra de los empleadores a menos que hayan cometido "graves violaciones penales o abusos generalizados".

Laura Lichter, abogada en Denver y presidenta de la Asociación de Abogados de Inmigración de Estados Unidos, reconoció que las nuevas normas aclararon el panorama.

"Debo felicitar al gobierno por hacer un excelente trabajo en divulgar una buena y sólida información", dijo Lichter, quien añadió que rara vez elogia a las autoridades.

El representante Lamar Smith, presidente la Comisión de Asuntos Judiciales de la cámara baja y frecuente crítico de las nuevas normas, acusó al gobierno de Obama de "darle prioridad a los inmigrantes ilegales a expensas del pueblo estadounidense".

"El gobierno hizo estas normas intencionalmente confusas para que millones de inmigrantes ilegales puedan aplicar. Y ahora el gobierno ha cambiado las normas para que los empleadores inescrupulosos no puedan ser demandados por contratar a sabiendas a inmigrantes ilegales que han solicitado participar en el programa de amnistía", expresó.

Desde julio, las escuelas públicas en la zona de Aurora, en las afueras de Denver, han recibido 1.500 solicitudes de certificados de notas, un aumento de dos tercios comparado con el mismo período del año anterior. Más de la mitad de las solicitudes de este año se deben a la nueva política migratoria.

El distrito escolar de Yakima, en el centro del estado de Washington, está tardando casi un mes en suministrar las notas certificadas, aunque los estudiantes que están esperando para inscribirse en las universidades sólo tienen que esperar dos días, dijo Roy Knox, director para los registros centralizados, quien piensa contratar a otro profesor para ayudarle. Antes de la nueva política de inmigración, las notas se enviaban el mismo día.

Algunas universidades en Los Angeles tienen retrasos de hasta 200 y 300 solicitudes, lo que llevó a las autoridades a crear un formulario online a fin de centralizar el proceso, expresó Lydia Ramos, asistente del director del distrito escolar. El distrito, que está pagando horas extras a sus empleados para poder superar los retrasos, calcula que gastará 200.000 dólares en el proceso, incluyendo 15.000 dólares para sellos postales.

La junta directiva del distrito escolar de Los Angeles, ante la acumulación de 2.300 solicitudes, ordenó a los administradores a crear un plan para reducir los tiempos de espera de 45 a siete días. Calcula que recibirá 50.000 solicitudes en los próximos meses.

El distrito escolar de San Diego estableció una oficina temporal y anticipa que desembolsará 45,000 dólares para adelantar las gestiones hasta el 14 de diciembre, dijo Linda Zintz, la directora de comunicaciones. Entre 80 y 100 personas llaman y vienen todos los días, pero el departamento sólo puede tramitar unas 30 solicitudes por día, por lo cual un proceso que antes se hacía en un día ahora dura más de dos semanas.

Abel Oregel, de 29 años, llamó luego de recibir asesoramiento de un grupo de asistencia legal para inmigrantes. La oportunidad surge 26 años después de que sus padres cruzaran la frontera ilegalmente a través de un sendero montañoso. Al tener que esperar dos semanas para una cita, no tendrá los documentos para su próximo encuentro con los abogados.

"Me dijeron que estaban escasos de personal", dijo Oregel, nacido en Guadalajara, México, pero quien vive en el sur de California desde que tenía 3 años.

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