La reforma migratoria sigue estancada

En lo que a inmigración se refiere es claro que el 2013 fue el año de las expectativas; pero a pesar de ellas y del optimismo que desbordaron algunos activistas, lo único cierto es que no pasó nada. El panorama del 2014, lamentablemente, puede ser muy similar.

¿Dónde nos deja el 2013? A pesar de las marchas, los actos de desobediencia civil, el cabildeo tradicional y los ayunos el 2013 pasará a la historia como el año en el que la Cámara de Representantes decidió no votar la reforma migratoria aprobada por el senado el 27 de junio.

El proyecto de ley para la reforma migratoria S.744 que aprobó el senado no pasó de ser, eso, un proyecto, gracias a la negativa del presidente de la cámara baja John Boehner de priorizarla y lograr, a partir de ella, una versión bicameral.

Y mientras la reforma no pasa de ser un proyecto, las deportaciones continúan marcando cifras récord. El último informe del Departamento de Seguridad Nacional -DHS- dio cuenta de la deportación de 368,644 inmigrantes en el último año fiscal y si bien es cierto que esto representa una reducción con respecto al año inmediatamente anterior, también lo es, como lo denuncia Frank Sharry, director ejecutivo del grupo defensor de los derechos de los inmigrantes, America´s Voice, que la administración de presidente Barack Obama ha llevado las deportaciones a cifras nunca antes vistas.

“Lo que el presidente y el nuevo secretario de DHS Jeh Johnson deben hacer es detener las deportaciones de personas elegibles para cambio de estatus bajo las leyes pendientes y pedirle al ICE que deje de separar a los trabajadores inmigrantes de sus familias” señaló Sharry.

Pero siendo el 2014 un año electoral, el panorama es negro. Aunque algunos –como Doris Meissner directora del Instituto de Políticas Migratorias- sostienen que no sería inédito que hubiese cambios legislativos en un periodo con estas características, lo cierto es que es muy difícil que los legisladores se arriesguen en un tema tan controversial como la inmigración.

Para Meissner, el que el 2014 sea un año electoral no es determinante, porque ha habido reformas en años electorales anteriormente. Sin embargo, si no pasa nada antes de que termine el año, la propuesta aprobada por el senado en 2013, quedaría sin efecto.

Este año empiezan las primarias y el congreso tendrá elecciones en noviembre. La reforma siempre ha pasado a segundos y terceros planos cuando se trata de “prioridades nacionales” como la economía o la salud. ¿Qué puede hacer que este año sea diferente?

Hasta hoy, activistas como Eliseo Medina, uno de los manifestantes que ayunó frente a las instalaciones del capitolio en Washington siguen creyendo en las posibilidades de que “la reforma migratoria sea una realidad en el 2014”, año en el que él y muchos otros activistas planean pelear con más fuerza para derribar las barreras políticas que impiden que demócratas y republicanos lleguen a un acuerdo en este tema.

El activista que debió recibir atención hospitalaria debido al ayuno temporal al que se sometió, sostiene que “No podemos permitir que pase otro año”; pero lo cierto es que más de doce millones de inmigrantes indocumentados continúan siendo parte activa de una sociedad que no les permite salir de las sombras y el 2014 no parece traer para ellos grandes cambios.

Contáctanos