Buscan debate sobre reforma

WASHINGTON - El líder de la bancada republicana en la cámara baja John Boehner expresó el jueves su disposición a que el próximo Congreso aborde el debate para una reforma legislativa que resuelva la situación de once millones de inmigrantes sin la debida documentación. "Este tema ha rondado por demasiado tiempo", dijo Boehner durante una entrevista concedida al programa "World News" de la televisora ABC. "Un enfoque integral debió hacerse hace tiempo, y confío en que el presidente, yo mismo, y otros podemos hallar consenso para arreglar este problema de una vez por todas". Las declaraciones de Boehner que fueron emitidas después que el presidente Barack Obama resultara reelecto con un considerable respaldo de los hispanos y otras minorías, fueron calificadas como "un avance significativo por el senador demócrata Charles Schumer. "Es un avance significativo que el presidente de la cámara baja apoye la urgencia de una reforma migratoria integral. Los demócratas en el Senado esperan trabajar con él para llegar a una solución bipartidista", dijo Schumer que preside el subcomité de inmigración. El Congreso iniciará en enero la próxima legislatura, en la cual los republicanos mantendrán la mayoría en la cámara y los demócratas en el Senado. El intercambio de comentarios públicos entre los legisladores de ambos partidos ocurrió horas después de que inmigrantes y activistas, animados por la relección de Obama, exhortaran al mandatario demócrata y al Congreso a negociar inmediatamente una reforma legislativa. Misael García acudió a las puertas de la Casa Blanca junto a una multitud que llevaba pancartas y coreaba consignas, convocada por la organización pro inmigrante Casa de Maryland y el Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU por sus siglas en inglés). "Obama, ¿nos escuchas? Congreso ¿Nos escuchas? ¡Dejen de perder el tiempo y háganlo ya!", gritó con un altavoz el mexicano de 22 años residente en Baltimore refiriéndose a una reforma que le permita regularizar su estatus migratorio. El director de Casa, Gustavo Torres, gritó a Obama a las afueras del palacio presidencial: "Lo relegimos a usted porque sabemos que puede marcar la diferencia. Llegó el momento de la reforma migratoria". El salvadoreño Jaime Contreras, vicepresidente del sindicato en un área que incluye a siete estados del noreste estadounidense, dijo que un 70% de los 125.000 agremiados en esa zona son inmigrantes "lo que convierte a este tema en un asunto personal". En una conferencia telefónica separada, los dirigentes de una organización que agrupa a Dreamers en todo el país anunciaron que durante las próximas semanas se acercarán a legisladores de ambos partidos para intentar convencerlos de negociar cuanto antes una reforma legislativa. Cristina Jiménez, directora de United We Dream, calificó como fundamental la labor que miembros de esa organización realizaron en estados claves como Florida, Colorado y Texas para activar a votantes latinos. El 70% de los electores hispanos sufragaron a favor de Obama, según encuestas a boca de urna. "La participación de votantes latinos dejó muy claro que el presidente debe lograr la reforma migratoria. Es un mandato. El presidente y los dos partidos necesitan reunirse para cambiar la política migratoria, y con ello nos referimos a cambios permanentes que creen una senda a la legalización para nuestros padres y comunidades", dijo. Jiménez indicó que buscarán iniciar los contactos con los líderes de las bancadas republicanas en ambas cámaras e identificó al senador Marco Rubio como uno de los republicanos claves para involucrar al resto de su partido en un debate sobre reforma migratoria. United We Dream se considera como la mayor agrupación de jóvenes sin la debida documentación, con 47 organizaciones afiliadas en 23 estados. Obama ganó un gran apoyo del voto latino al reiterar la promesa formulada en 2008 de lograr una reforma migratoria integral durante su primer año de mandato. Durante su primer mandato incumplió la promesa pese a que contaba con la mayoría en ambas cámaras y deportó a un promedio anual sin precedentes de 400.000 personas, pero el 15 de junio anunció un programa para suspender las deportaciones de algunos inmigrantes menores de 30 años que fueron traídos a Estados Unidos sin autorización cuando eran niños. El Instituto de Política Migratoria, con sede en Washington, dijo que por lo menos 1,76 millones de personas podrían beneficiarse del programa. A estos jóvenes se les conoce en inglés como Dreamers, debido a un proyecto de ley "Dream Act" que buscaba suspender las deportaciones de manera permanente. Su última versión fue aprobada por la cámara baja pero no obtuvo los votos necesarios en el Senado en diciembre del 2010. En Miami, medio centenar de personas realizó una ruidosa manifestación callejera frente a las oficinas del senador demócrata Bill Nelson para pedirle al legislador y a Obama que escuchen sus voces y reformen las leyes de inmigración y frenen las deportaciones, creen más trabajos, alienten el acceso a la salud de los sectores más pobres, promuevan igualdad de oportunidades para la comunidad homosexual y mejoren la educación pública. Portando grandes carteles que decían "Trabajo y no reportes", "Felicidades por la reelección, no más niños sin padres" e "hicimos nuestra parte, haga usted la suya", los manifestantes permanecieron cerca de una hora en la acera. Hombres y mujeres, inmigrantes sin papeles y ciudadanos, dijeron en su mayoría que apoyaban a Obama. "Obama, Obama", coreaban los manifestantes, la mayoría de ellos hispanos de diferentes grupos de inmigrantes y trabajadores. "Educación, no deportación", "queremos trabajo", "no a los recortes", gritaban a un costado de la calle. No intentaron ingresar a la oficina de Nelson ni hablar en persona con el senador, y nadie salió de la oficina mientras tenía lugar la manifestación. Obama ha acusado reiteradamente a los congresistas republicanos de obstruir no solamente una potencial reforma migratoria, sino otras iniciativas fiscales y económicas. El déficit fiscal es la prioridad inmediata para Obama y los dos partidos en el Congreso, subrayada por la drástica caída que sufrió Wall Street por temores de que los dos partidos sean incapaces de llegar a un acuerdo antes del 1 de enero. Si las negociaciones bipartidistas en el frente fiscal son exitosas, pudieran servir a crear un ambiente favorable para comenzar a negociar una reforma migratoria.

Contáctanos