A pesar de que las autoridades han realizado más de 400 entrevistas, han completado la examinación total del terreno siniestrado, revisado videos y han realizado pruebas científicas en los laboratorios de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) en Maryland, no hay ningún arrestado ni sospechosos tras la explosión en West, Texas.
Desde aquel fatídico 17 de abril de 2013 cuando explotó la planta de fertilizantes West Fertilizer Company que dejó 15 muertos y decenas de heridos, las autoridades de ATF declararon finalmente que las causas fueron intencionales tres años después, pero a la fecha no hay un solo detenido y la investigación sigue abierta.
El incendio inició en el almacén principal de la planta y los primeros en llegar fueron los bomberos de West, una ciudad ubicada a unas 150 millas sur de Dallas. Nadie imaginó lo que estaba por venir, era una planta de fertilizantes.
La explosión fue tan poderosa que arrasó con todo en una áres de 37 cuadras a la redonda, destruyendo más de 500 casas, escuelas y comercios. De hecho, causó un temblor de 2.5 grados que algunos dicen que se sintió hasta el área de Dallas.
Mientras los muertos, bomberos y paramédicos eran honrados tras la tragedia, Bryce Reed, uno de los paramédicos que ayudaron a evacuar la ciudad, fue arrestado tras hallarle materiales para fabricar una bomba. Pero las autoridades determinaron que no estaba relacionado a la explosión y sólo fue sentenciado a 21 meses de prisión tras una evaluación siquiatrica.
ATF tiene una recompensa de $50,000 dólares para quien brinde información que conlleve al arresto del o los responsables de esta explosión que dejó un cráter de 93 pies de ancho y 12 pies de profundidad.
