Un reciente estudio sugiere que no hay tal cosa como la “adicción al sexo”.
Mientras que algunos expertos aseguran que ciertas personas padecen condiciones mentales que los hacen adictos al sexo, un estudio realizado por la Universidad de California de Los Angeles, pone lo anterior en duda.
De acuerdo al sitio de noticias de UCLA, el estudio se basó en observar y medir reacciones del cerebro de individuos que presuntamente padecen de la adicción, al momento de ser expuestos a imágenes estimulantes, incluyendo algunas de naturaleza sexual.
El estudio fue publicado en un reconocido diario de neurociencia y psicología y ha desatado polémica.
Por otra parte, la publicación de UCLA, afirma que la “adicción al sexo”, no es reconocida en el Manual de Diagnósticos y Estadísticas de Desórdenes Mentales, el cual fue recientemente actualizado. No obstante, la presunta condición mental ha sido considerada con seriedad en numerosas ocasiones, citándola como la causa de divorcios y carreras profesionales truncadas.
Bajo el ojo público, el famoso golfista Tiger Woods, fue admitido a un centro de rehabilitación, luego de un escandaloso rompimiento matrimonial, en el que quedaron al descubierto los hábitos sexuales del deportista, que incluían el malabarismo de numerosas relaciones extramaritales simultáneamente.
Woods no es el único “paciente” famoso. El actor y músico Russell Brand, antes de casarse con su ahora ex esposa, la cantante Katy Perry, admitió públicamente haber recibido tratamiento para la adicción. Mientras que en los medios rondaban rumores de que Russell había tenido relaciones sexuales con 80 mujeres en un espacio de un mes.
En el estudio, que ahora pone en duda la adicción como tal, participaron 52 voluntarios a quienes se les monitoreó por medio de un electro encefalograma, y los autores del estudio dijeron no detectar actividad que respalde que ciertos comportamientos sexuales sean adicciones.
Sin embargo, los científicos autores del estudio dijeron que ciertos individuos podrían requerir ayuda para controlar su conducta sexual, pero que habría que explorar otro tipo de tratamientos aparte de la rehabilitación.
