Uno de los proyectos más ambiciosos de John F. Kennedy fue lo que él llamó “La alianza para el progreso”, el cual era un programa que destinaba millones de dólares para mejorar las condiciones de vida en países latinoamericanos.
Dicha alianza lo llevó a visitar varios países de Latinoamérica al lado de su esposa Jacqueline Kennedy, quien dirigió palabras en español a su público y se ganó los corazones de miles.
Su plan era ofrecer alternativas de educación, capacitación, infraestructura y trabajo para las comunidades más necesitadas de América Latina.
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El mandatario logró la aprobación de 20 mil millones de dólares para su implementación. Con esto se construyeron escuelas, hospitales y plantas potabilizadoras.
John F. Kennedy estaba convencido que dicha alianza era el camino para mejorar las relaciones de Estados Unidos con América Latina.
Ese plan no fue el único acercamiento que Kennedy tuvo con los hispanos, ya que el mandatario asesinado fue el primer presidente que se reunió con integrante de la organización LULAC.
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“Fue algo que nunca vamos a olvidar, especialmente que fue la noche antes de que lo mataron” dijo Alex Arroyos integrante de dicha organización.
En ese entonces, el 91 por ciento del voto México-Americano fue para Kennedy.
