Homenajean a víctimas de Cleveland

CLEVELAND - Gina DeJesus y Amanda Berry, dos de las tres jóvenes que hace justo un año fueron liberadas, fueron homenajeadas en un acto en Washington y premiadas por su valentía y coraje.

Por su parte, Michelle Knight, que hoy saca su libro a la venta "Finding Me", dijo que perdona a Ariel Castro por todo lo que hizo.

Y es que 365 días después de que terminara la pesadilla, ya no está la casa de ventanas cubiertas y alarmas improvisadas en que Ariel Castro mantenía cautivas a tres mujeres por casi una década. Tampoco están los carteles, colgados de ventanas y postes de luz, con las fotos de las mujeres en que se rogaba información al público sobre su paradero. Pero algo sí permanece, al cumplirse un año desde el dramático rescate de las tres mujeres: la esperanza de los familiares de otras víctimas que vivían en la zona y que siguen desaparecidas. Para aquellas familias, el rescate de las mujeres les despertó esperanzas, pero el año que ha pasado sólo ha producido escasas pistas, búsquedas infructíferas y, en un caso, un final triste. "No puedo decir que estemos envidiosos, pero estamos desilusionados de que nuestros casos no se han resuelto", amigo de una mujer que lleva desaparecida desde el 2007. "Lo que queremos es conciliación. Ya sea porque ella regrese, o al menos saber qué le pasó". Cundió el optimismo en las caóticas horas después de que Amanda Berry pateó una puerta y salió libre en mayo pasado. En el piso de arriba, la policía encontró a Gina DeJesus y a Michelle Knight. Habían sido raptadas de la calle en incidentes distintos en el 2002 y el 2004 y mantenidas encerradas en la casa de Castro, dijeron las autoridades. A dos millas de ahí, Albert Kleckner quedó estupefacto viendo la noticia por televisión. "Tenía la esperanza de que mi hija sería la próxima", comentó. Unas cuantas familias acudieron al hospital donde las mujeres recién liberadas estaban siendo examinadas. Tonia Adkins estaba tan ansiosa que no podía manejar, por lo que le pidió a una vecina que la llevara para ver si su hermana Christina, quien desapareció en 1995, había sido encontrada. "Teníamos enormes esperanzas, y súbitamente, se esfumaron", expresó Adkins. El hallazgo de las tres mujeres secuestradas generó pistas sobre el paradero de Christina Adkins, de 18 años, y de una muchacha de 14 que desapareció hace años en la misma zona. Los detectives averiguaron el pasado de Castro para ver si había participado en otros secuestros, pero no hallaron prueba alguna. Los familiares de las víctimas protagonizaron marchas y repartieron volantes en las calles, rogando ayuda para conseguir a sus seres ausentes. "Esto nos ha dado un sentido de unidad y de urgencia", declaró Angel Arroyo, un cura que ha ayudado a las familias en Cleveland. Arroyo y el padre de Gina DeJesus fueron de puerta en puerta al reportarse que otra joven había sido secuestrada en una ciudad adyacente. Félix DeJesus también fue con familiares de otra mujer desaparecida a una marcha para recordarla. "En el fondo la gente ya había perdido sus esperanzas, pero él no las perdió", comentó Manuel Walker, cuya madre, Gloria Walker, fue vista por última vez en la zona oriental de la ciudad hace siete años. "El hecho de que su hija fue rescatada nos da esperanzas". La lista de desaparecidos en Cleveland, una ciudad de poco menos de 400,000 habitantes, comprende aproximadamente uno de cada 10 casos irresueltos en todo el estado. Hubo 2,800 casos de personas desaparecidas sólo el año último, según cifras de la policía de Cleveland. En la mayoría de los casos, la persona es hallada en pocos días o semanas, pero 23 personas llevan más de un año sin ser encontradas, algunos incluso desde la década de 1990. Christina Kleckner tenía 24 años cuando se fue de su casa después de una pelea hace más de dos años, y nadie la ha vuelto a ver. Su padre, Albert, no ha dejado de buscarla. Cuando viaja por el vecindario, toma una ruta distinta en cada ocasión, con la esperanza de verla en algún vehículo o balcón. Con frecuencia coloca carteles en calles y esquinas, pero suelen ser tapados con afiches publicitarios. Los dueños de las tiendas le permiten colgar su cartel por sólo dos semanas. "En muchos lugares simplemente los quitan", expresó. Su hija tiene problemas de desarrollo y no es capaz de cuidarse a sí misma. "Alguien la tiene, lo que no sabemos es si es contra su voluntad o voluntariamente", expresó. Con frecuencia, los desaparecidos son personas que se han ido de sus casas o que ya han perdido contacto con sus familias. Cinco años atrás, la policía de Cleveland recibió una andanada de críticas tras el hallazgo de los restos de 11 mujeres en la casa de un hombre, que seguidamente fue sentenciado a muerte. Desde ese entonces la policía ha modificado sus prácticas en casos de personas desaparecidas. Pero activistas como Arroyo insisten en que las autoridades deben ser más proactivas en esos casos. Se ha reunido con legisladores a fin de debatir mejores maneras de emitir alertas al público cuando alguien desaparece.

Contáctanos