Ingenieros del Centro Espacial Marshall de la NASA en Huntsville, Alabama, estuvieron realizando pruebas extremas a uno de los tanques de combustible del nuevo sistema de lanzamiento espacial de la NASA hasta que esta se quebró. Las pruebas se realizaron para entender mejor el punto de ruptura del tanque bajo condiciones extremas por lo que se llevó al límite para ver cuanta fuerza se necesitaba para romper el tanque y causar la falla. Estas pruebas se realizaron con una versión de prueba del tanque, que según los datos revelados, aguantó más del 260% de las cargas de vuelo esperadas durante más de cinco horas antes de que los científicos detectaran el fallo.
El tanque de prueba tenía sensores para medir la presión, temperaturas y otros parámetros, como también cámaras de alta velocidad y micrófonos que ayudaban a detectar las fallas. Los datos obtenidos por los científicos se utilizarán para construir y mejorar naves espaciales.
El tanque de combustible será parte del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés), la cual será la nave más poderosa construida, según indica el portal cibernético de la NASA, y que es parte de la misión Artemis para llegar a la superficie de la luna en el 2024.
