Cleveland.- El candidato presidencial demócrata Joe Biden publicó este martes su declaración al fisco del año pasado y reveló que pagó $300,000 en impuestos federales, una cifra que contrasta con los 750 que pagó el presidente de EE.UU., Donald Trump, en 2016, cuando ganó las elecciones.
La campaña de Biden publicó los documentos fiscales de Biden horas antes del primer debate televisado con Trump, envuelto en un nuevo escándalo después de que The New York Times revelara este domingo que apenas ha pagado impuestos en los últimos años y que afronta deudas por valor de cientos de millones de dólares.
En una llamada con la prensa, la directora de comunicación de la campaña, Kate Bedingfield, desveló la publicación por parte de Biden y de su esposa, Jill, de su declaración de impuestos relativa al año 2019, de manera que hasta ahora han divulgado las declaraciones de 22 años.
"Este nivel histórico de transparencia busca dar fe a la gente sobre sus líderes, que deben cuidarles y no buscar su propio beneficio", manifestó Bedingfield.
Los documentos muestran que Biden y su esposa, Jill, reportaron haber tenido un ingreso bruto ajustado de $985,233 y, como resultado, pagaron $300,000 en impuestos federales en 2019, un año en el que el ex vicepresidente se concentró en su campaña electoral para la Casa Blanca.
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La aspirante demócrata a la Vicepresidencia, la senadora Kamala Harris, y su marido, Douglas Emhoff, también publicaron su declaración de impuestos de 2019, con lo que los ciudadanos estadounidenses ya pueden acceder a las declaraciones de sus últimos 15 años para saber cuánto pagaron al fisco.
Trump, que durante años se ha negado a hacer públicas sus declaraciones de impuestos, ha llamado "noticias falsas" a la información revelada por The New York Times, pero sin dar detalles.
En concreto, de acuerdo al rotativo, Trump pagó solo $750 por el impuesto federal sobre la renta en 2016, cuando ganó las elecciones, y en su primer año en la Casa Blanca desembolsó la misma cantidad de $750, que es muy pequeña comparada con la fortuna que se cree que ha amasado en sus negocios inmobiliarios.
El debate de esta noche, el primero de los tres que mantendrán los dos candidatos presidenciales, se celebrará en la ciudad de Cleveland, en el estado clave de Ohio, y será transmitido por Telemundo.
Esta será la primera ocasión en la que Trump y Biden se verán las caras desde que comenzó la campaña presidencial, lo que, sumado a la escasez de actos electorales presenciales derivada de la pandemia, ha disparado la expectación para el debate.
En estas últimas horas antes del debate, la campaña de Trump ha cuestionado las normas del encuentro. En concreto, en un comunicado, la campaña del republicano criticó que Biden haya pedido supuestamente "múltiples descansos" durante el debate y afirmó que el ex vicepresidente se ha negado a que le inspeccionen los oídos para ver si tiene algún aparato electrónico por el que supuestamente recibiría instrucciones.
En respuesta y manifiestamente irritada, la directora de comunicaciones del candidato demócrata negó que Biden lleve ningún aparato electrónico y afirmó que no ha pedido ningún descanso durante el debate.
"Esto es patético", dijo Bedingfield, quien añadió: "No esperamos nada menos de la campaña de Trump. Es un presidente que no ha hecho nada para ser reelegido. En vez de enfocarse en las cosas que importan. Está intentando hacer estas cosas patéticas para distraer".
NYT revela más detalles
El escándalo sobre el impago de impuestos por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, le persigue pese a que el mandatario no ha querido valorar los detalles revelados desde el domingo por el diario The New York Times y que podrían dar aire a nuevas investigaciones en el Congreso y los tribunales y sobre las que tendrá que responder esta noche en el debate presidencial.
The New York Times publicó la noche del lunes (este martes en la versión en papel) nuevas revelaciones sobre más de dos décadas de las finanzas personales de Trump, que muestran ciclos de bonanza seguidos de fuertes pérdidas y negocios de dudosa reputación con empresas de marketing piramidal o proyectos inmobiliarios en el extranjero a los que donó su nombre y no se materializaron.
El segundo capítulo de las andanzas financieras de Trump muestra como su momento de más holgura económica llegó después de firmar en 2004 un contrato para ser el presentador del 'reality show' "The Apprentice", donde además de embolsarse $197 millones por su trabajo durante 16 años, acaparó otros 230 millones por patrocinios de diversa índole, desde galletas Oreo de doble capa a marcas de detergente.
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La fortuna amasada la fue dilapidando con la compra de campos de golf que han resultado ser ruinosos y en 2012 muestran a un magnate desesperado por obtener liquidez.
Trump tomó un préstamo de $100 millones contra el valor de la Torre Trump, su inversión más rentable; retiró 95.8 millones de su participación en una sociedad inmobiliaria y en 2014 liquidó la mayor parte de su cartera de acciones y bonos por valor de 98 millones.
El artículo muestra a un presidente que pronto tendrá que hacer frente a préstamos que el Deutsche Bank le concedió para financiar el Trump Hotel de Washington ($160 millones) y su campo de golf y resort en Doral, Florida ($148 millones).
Las deudas y sus relaciones con empresarios extranjeros son vistas con recelo por congresistas demócratas, expertos en ética y por los consejos editoriales de medios como el Boston Globe, que hoy publicó un editorial en el que llama al presidente un "riesgo para la seguridad de los Estados Unidos".
TRUMP RESPONDE
En una serie de tuits este lunes, Trump dijo que las revelaciones que indican que en 11 de los 18 años analizados el empresario pagó cero dólares en impuestos federales y solo $750 tanto en 2016 como en 2017, son "noticias falsas".
El mandatario aseguró que tiene "muy poca deuda en comparación con el valor de los activos" y aseguró que "quizá" publique "informes financieros" que muestren sus propiedades, activos y deudas y que ese informe es "impresionante".
No obstante, la exclusiva de The New York Times puede poner contra las cuerdas al mandatario, que ha intentado por todos los medios mantener lejos de la luz pública sus declaraciones fiscales e incumplió en 2016 la tradición, vigente desde la presidencia de Richard Nixon (1969-1974), de hacer pública las declaraciones de impuestos de los candidatos a la Presidencia.
El Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes pidió el año pasado a los contables de Trump ocho años de documentos financieros para examinar posibles cambios en las leyes que controlan los conflictos de intereses, y un tribunal de apelaciones en el Distrito de Columbia se debe pronunciar sobre el asunto, después de que Tribunal Supremo rechazara dirimir en el asunto.
Además, las nuevas revelaciones pueden dar alas a las investigaciones que el fiscal del distrito de Manhattan, Cy Vance, sobre posible fraude financiero y de seguros por parte de Trump y sus empresas, incluido el pago a la actriz porno Stormy Daniels y la 'playmate' Karen McDougal para comprar su silencio tras mantener relaciones con ellas.
En este caso, el Tribunal Supremo, que los conservadores podrían pronto controlar si se confirma el nombramiento de Amy Coney Barrett, rechazó el argumento de los abogados de Trump de que al ser presidente es inmune a ordenes para responder a peticiones de información a sus contables. El asunto ha vuelto a un tribunal de distrito en Nueva York, donde el presidente elevó nuevas objeciones.
Según explicó Stuart Gerson, director de la división penal del Departamento de Justicia durante la administración de George H .W. Bush, la revelaciones del New York Times seguramente no cambiarán el rumbo de estos procesos, pero podrían añadir nuevas piezas al rompecabezas de la estructura financiera y fiscal de Trump.