Trump advierte de despidos en FBI y Departamento de Justicia

El presidente se mostró optimista sobre el futuro de Kavanaugh.

El presidente Donald Trump, amenazó este viernes con efectuar más despidos dentro del Departamento de Justicia y el FBI después de que se revelase que el vice fiscal general, Rod Rosenstein, abordó en secreto la posibilidad de comenzar un proceso constitucional para deponer al mandatario de su cargo.

Durante un mitin en Misuri de cara a las elecciones legislativas que se celebrarán el próximo noviembre, Trump no mencionó explícitamente las informaciones sobre Rosenstein, reveladas por el diario The New York Times, pero sí continuó su cruzada contra el sector del aparato judicial que no le complace.

"Han visto lo que sucedió en el FBI y el Departamento de Justicia. Los malos, se han ido todos. Todos se han ido. Pero hay un hedor persistente y nos vamos a deshacer de eso también", dijo el mandatario ante sus seguidores.

Trump arremetió contra aquellos que dentro del Departamento de Justicia actúan, a su parecer, con un prejuicio hacia su persona, y se vanaglorió de los despidos que ha llevado a cabo entre su plantilla en los últimos meses, especialmente dirigidos a aquellos involucrados en la investigación sobre la denominada "trama rusa".

Según el diario neoyorquino, Rosenstein, que ha sido ampliamente criticado por Trump y que es el responsable de vigilar a la fiscalía especial de la investigación independiente sobre el caso ruso, propuso en 2017 grabar en secreto al mandatario en la Casa Blanca y sugirió convencer a miembros del Gobierno para aplicar el proceso de deposición.

El vicefiscal no tardó en responder a la afirmación y emitió un comunicado minutos más tarde de conocerse la noticia en el que tachó la información de "imprecisa" e "incorrecta".

Trump, no obstante, también abordó en su discurso uno de los temas más candentes de las últimas semanas en Washington, la confirmación para juez del Tribunal Supremo de su nominado, Brett Kavanaugh, cuyo proceso para llegar a la alta corte se ha visto obstaculizado por una acusación de acoso sexual ocurrida en sus años de instituto.

Trump hizo del futuro de Kavanaugh y del poder judicial el eje de su discurso en Misuri, donde acudió para apoyar al candidato republicano al Senado por ese estado, Josh Hawley, quien pretende arrebatar el escaño a la actual senadora demócrata Claire McCaskill, quien, a su vez, ha rechazado la nominación del aspirante al Supremo.

"No sé con quién está, pero ella no está en el estado de Misuri. (Kavanaugh) es un hombre fantástico, un hombre fantástico. Ella no votará por él", alegó el mandatario.

Trump se mostró optimista sobre el futuro de Kavanaugh pese al retraso de la votación para su cargo en el Senado a causa de las acusaciones de abuso efectuadas por Christine Blasey Ford, y afirmó que su candidato "nació para la Suprema Corte de Estados Unidos".

"Tenemos que luchar por él, no nos preocupemos por los otros, dijo en referencia a los demócratas. Y, por cierto, las mujeres lo apoyan más de lo que nadie puediese entender".

De hecho, hoy mismo, el multimillonario rompió la línea que había seguido en los últimos días, tratando de mantenerse equidistante y abogando por escuchar a ambas partes sobre lo sucedido.

"No tengo dudas de que si el ataque a la doctora Ford fue tan malo como ella dice, se habrían presentado cargos de inmediato con las autoridades locales por ella misma o sus cariñosos padres", afirmó Trump en su cuenta de Twitter.

Ford ha rechazado acudir a testificar el lunes al Senado como le habían solicitado los republicanos y pidió fijar una nueva fecha negociada durante la próxima semana.

Tanto la víctima como la oposición demócrata, que ha buscado retrasar el proceso de confirmación desde el comienzo, reclamaron que se lleve a cabo una investigación del Buró Federal de Investigaciones (FBI) antes de cualquier audiencia sobre el tema en el comité, algo que han rechazado los republicanos, con mayoría en el Senado.

Los republicanos ven la batalla entre McCaskill y Hawley como una de sus mejores opciones para arrebatar un asiento a los demócratas en el Senado, donde el Partido Republicano tiene una escasa mayoría de 51-49.

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