Trump da declaraciones polémicas: armas, DACA y más

Insistió en que EEUU cuenta con un proceso de “revisión de antecedentes muy sólido”.

WASHINGTON — El presidente Donald Trump insistió el martes en que Estados Unidos cuenta con un proceso de “revisión de antecedentes muy, muy sólido” para la compra de armas y resaltó que varios de sus simpatizantes “son fieles creyentes en la Segunda Enmienda”, lo que representa una nueva señal de que está distanciando su respaldo a una revisión más exhaustiva.

Después de las masacres ocurridas en Texas y Ohio, el mandatario dijo que estaba sopesando poner en vigor “revisiones de antecedentes más exhaustivas” y que él y el líder de la bancada mayoritaria del Senado Mitch McConnell tenían muchas ganas de “hacer algo”.

Pero Trump dijo el martes que si bien el sistema actual tiene “algo así como áreas con lagunas y áreas que no completan todo el círculo”, el sistema en general es “muy, muy sólido”.

El presidente expresó su preocupación ante la posibilidad de un “callejón sin salida” en el que “de pronto se pierda todo”.

En otro tema, la actual racha del presidente Donald Trump contra Google se remonta a una serie de afirmaciones infundadas sobre el gigante tecnológico que circulan entre los conservadores. Entre las afirmaciones están que Google interfiere con las elecciones de Estados Unidos, es tendencioso con los conservadores y prefiere trabajar con el ejército chino que con el Pentágono.

En varios tuits de agosto, Trump atacó a Google por supuesta interferencia electoral y volvió a sacar las afirmaciones de su supuesto involucramiento secreto con el gobierno chino. El lunes, el presidente reiteró su afirmación infundada de que Google “manipuló” la elección de 2016 a favor de Hillary Clinton, que también tuiteó la cuenta de Twitter de la campaña de Trump.

Todas estas afirmaciones surgen de reportes y comentarios de críticos conservadores y partidarios de Trump, ninguna con un respaldo convincente. Google también las ha negado.

“Distorsionar los resultados para objetivos políticos podría dañar nuestro negocio e iría en contra de la misión de proporcionar contenido útil para todos nuestros usuarios”, dijo la vocera de la empresa tecnológica, Julie Tarallo.

A continuación, un listado de dónde surgieron las afirmaciones y qué hay que saber sobre ellas.

INTERFERENCIA ELECTORAL

El 6 de agosto, Trump implícitamente insinuó que Google favoreció en 2016 la campaña de Clinton sobre la suya, y que la compañía también planeaba “subvertir ilegalmente” la elección del 2020. El lunes, manifestó explícitamente la primera parte al mencionar un estudio no especificado que, según él, muestra que “Google manipuló entre 2,6 millones y 16 millones de votos a favor de Hillary Clinton en la elección 2016”.

Trump ganó la presidencia por mayoría en el Colegio Electoral, pero perdió en el voto popular por casi 2,9 millones de sufragios. Durante años, Trump ha insistido falsamente que en realidad ganó el voto popular.

La cuenta de Twitter de la campaña del presidente insinuó el lunes que Trump hizo referencia al estudio de 2017 del psicólogo Robert Epstein que halló que Google mostraba más resultados a favor de Clinton a los votantes indecisos que aquellos a favor de Trump. Google y otros han cuestionado la metodología del estudio, que no fue revisado por otros conocedores del tema.

En su último párrafo, el estudio de cuatro páginas extrapola hallazgos experimentales de un pequeño grupo de 21 votantes indecisos del electorado como un todo utilizando modelos matemáticos que Epstein reportó en un ensayo previo. Contactado por teléfono, Epstein dijo que sus conclusiones sólo muestran que los resultados de búsqueda se inclinaban a favor de Clinton, no que Google lo hiciera intencionadamente para manipular las elecciones.

Epstein también señaló que esos hallazgos extrapolados indicaban un cambio de decisión a favor de Clinton con entre 2,6 millones y 10 millones de votos, no los 16 millones mencionados por Trump.

Incluso eso podría ser una exageración, dijo Ramesh Srinivasan, un profesor de estudios de información de la UCLA, quien señaló que la conclusión del estudio sobre la supuesta preferencia de resultados de búsqueda no incluye otras posibles influencias en los votantes. “No podemos sacar conclusiones de que haya dado a un candidato millones de votos”, agregó.

Como otros investigadores, Srinivasan y Epstein enfatizan que siguen preocupados sobre la opacidad de plataformas tecnológicas como Google y Facebook, y su desenfrenado poder para influir en las elecciones.

TENDENCIA CONSERVADORA

En sus primeros tuits de agosto, Trump mencionó al exingeniero de Google, Kevin Cernekee, quien afirma que la compañía lo despidió por publicar puntos de vista republicanos en tableros de mensajes internos. Google dijo que Cernekee fue despedido por descargar documentos confidenciales de la empresa en un dispositivo personal.

Cernekee aparentemente atrajo la atención de Trump después de que le dijera el 2 de agosto al conductor de Fox News, Tucker Carlson, que los ejecutivos de Google “realmente quieren que Trump pierda en 2020. Esa es su agenda”. Cernekee no sustentó con evidencia esta afirmación.

“Estas declaraciones hechas por este disgustado exempleado son absolutamente falsas”, dijo Tarallo.

La situación de Cernekee refleja una creencia más extensa entre los conservadores de que las principales plataformas como Google y Facebook son prejuiciosas contra los puntos de vista conservadores, tanto internamente como en sus servicios públicos. Los legisladores republicanos han convocado a varias audiencias en relación al tema.

Sin embargo, los expertos dicen que hay poca evidencia que respalde dichas afirmaciones, que las mismas compañías han negado desde hace mucho tiempo.

“Trump quiere recordarles (a las grandes tecnológicas) que las está observando”, dijo Frank Pasquale, profesor de leyes en la Universidad de Maryland, y un experto en algoritmos y sociedad. Señaló que algunos también afirman que YouTube, propiedad de Google, canaliza a espectadores a videos de la extrema derecha y teorías de la conspiración.

Todas estas acusaciones, dijo Pasquale, “asumen que la neutralidad u objetividad significa tener la mitad de resultados negativos y la mitad de resultados positivos”, pero si hay más páginas negativas sobre una persona o tema en internet, dijo, el resultado de búsqueda probablemente arroje más resultados negativos.

La situación personal de Cernekee también podría ser más compleja de lo que parece en un principio. El 5 de agosto, el medio conservador The Daily Caller publicó comentarios que Cernekee hizo en los tableros de mensaje de Google en donde pidió dinero para ayudar al nacionalista blanco Richard Spencer después de ser golpeado por un manifestante.

Cernekee le dijo a The Associated Press en un comunicado que “siempre he apoyado la libertad de expresión y me he opuesto al nacionalismo blanco”, y que habló en contra de otros empleados que estaban de acuerdo en que se hubiera golpeado a Spencer.

GOOGLE Y CHINA

Trump también mencionó indirectamente el 6 de agosto otra declaración infundada que gana terreno entre los conservadores: que Google rechaza al ejército de Estados Unidos y en su lugar coopera con China. A mediados de julio, tuiteó declaraciones sin fundamento con este propósito del inversor tecnológico, Peter Thiel, un partidario de Trump que también es miembro de la junta de Facebook.

En una aparición en Fox News, Thiel no ofreció pruebas de las afirmaciones de que Google trabaja con Beijing en proyectos de inteligencia artificial y “probablemente” ha sido infiltrado por agentes chinos.

Google salió de China en 2010 y confirmó hace unos meses en una audiencia ante el Congreso estadounidense que cerró un programa experimental para relanzar una versión censurada de su servicio de búsqueda en el país. Bajo presión de sus empleados, también se retiró de al menos un contrato con el Pentágono.

Google dijo que no ha sido infiltrado y la ejecutiva Karan Bhatia negó el mes pasado las afirmaciones de Thiel en una audiencia congresual, diciendo que “nos tomamos con extrema seriedad la amenaza de cualquier penetración a nuestros sistemas”.

Google tiene una oficina de inteligencia artificial en China, que está ubicada como una forma de emplear a ingenieros chinos especializados en investigar el tema. Thiel escribió en un artículo de opinión en The New York Times que los fuertes vínculos de inteligencia artificial de Google en China son malos para Estados Unidos.

Google dijo que todavía trabaja con el Departamento de Defensa de Estados Unidos en varios proyectos, incluido ciberseguridad, y niega trabajar con el ejército chino.

Otros en el gobierno de Trump han dicho que el trabajo de Google en China no es problemático. “Creo que trabajan para nuestro ejército, para Estados Unidos, no para China”, dijo el mes pasado en Fox News Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional.

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