ATLANTA - En Estados Unidos, cada día mueren o resultan heridos cerca de 19 menores por armas de fuego, indica un informe de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), lo que constituye la segunda causa de muerte para este grupo después de los accidentes de autos.
El reporte, publicado el lunes en la última edición de Pediatrics, encontró que cerca de 7,000 niños menores de 17 años en Estados Unidos mueren o resultan heridos a causa de balas.
El estudio, denominado "Childhood Firearm Injuries in the United States", determinó que de los 1300 menores que mueren cada año a causa de lesiones con armas de fuego, el 53 % se debe a homicidios, el 38 % a suicidios y el 6 % son accidentales.
Los investigadores encontraron que los menores afroamericanos (56.1 %), seguidos de los hispanos (21.4 %) son los dos grupos con mayor incidencia en cuanto a homicidios con armas de fuego entre 2007 y 2014.
En el caso de los suicidios con armas de fuego, los menores blancos representaron la gran mayoría de los casos con un 81,9 % de los casos en contraste con el 8,3 % de los hispanos y el 6,3 % de los afroamericanos.
La causa más común de muertes accidentales, tanto entre los niños más pequeños (60 %) como entre los más grandes (49 %), fue por jugar con un arma de fuego, detalla el reporte sobre lesiones de niños por arma de fuego.
En muchos de estos casos, los menores mueren cuando otro menor les muestra un arma y tira del gatillo pensando que no está cargada o que tiene el dispositivo de seguridad.
EEUU
Al igual que los otros tipos de muertes, entre las lesiones por armas de fuego, los hombres ocupan la cabecera con el 84 % de casos de lesiones tratadas cada año.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) destaca la necesidad de que los pediatras discutan con los padres sobre las medidas de seguridad básicas en torno a las armas de fuego y sobre la importancia de informarse acerca del uso de armas de fuego en las casas que viven menores.
De acuerdo con el estudio, el 91 % de las muertes con armas de fuego entre menores de 14 años en países desarrollados se registran en Estados Unidos, lo que constituye un serio problema de salud pública.