TEXAS – Tal y como lo había prometido hace unos meses, el obispo de la diócesis de Dallas publicó, la tarde del jueves, los nombres de 31 sacerdotes que presuntamente abusaron sexualmente de menores.
Las acusaciones son producto de una investigación interna y no criminal, pero hay varios que están siendo buscados por la policía mientras que otros ya fueron enjuiciados.
De igual manera, 17 ya fallecieron, y la lista además incluye a Edmundo Paredes, un exsacerdote que sigue prófugo.
Ahora, las personas que dicen ser víctimas y miembros de SNAP (por sus siglas en inglés), el cual es un grupo que aboga para que se haga justicia en estos casos, dijeron apreciar el esfuerzo del obispo, pero quieren que la policía se involucre en estas investigaciones internas.
“Te quieres encerrar y esconder. Desde muy niña me violó como si fuera mujer”, dijo Mónica Deanda Baez, quien asegura fue víctima de abuso.
De acuerdo con Baez, de 53 años, la persona que ella acusa figura entre los líderes religiosos que son creíblemente acusados de abuso sexual de menores desde el año 1950. Sin embargo, este se encuentra en la lista de la diócesis de Galveston-Houston.
Ella explica que desde sus cuatro años, y por un tiempo, el sacerdote de la iglesia en la que se congregaba abusaba de ella.
“De niña quería morirme para que parara de [hacerme] cosas muy sucias”, agrega Deanda.
Un informe revelado esta tarde por Edward Burns, obispo de Dallas, explica que siguen atentos a la posibilidad de que existan más casos.
La iglesia indicó que durante la investigación, la cual duró casi un año, se revisaron los expedientes de 2,424 sacerdotes y exsacerdotes.
Por su parte, varias personas que argumentan haber sido víctimas en Texas y otros estados, expresan tener desconfianza con los resultados y piden que el procurador general del estado inicie su propia investigación.
De acuerdo con abogados, una persona, así tenga 60 años, puede presentar cargos contra su abusador aún si los hechos ocurrieron cuando eran niños.
