Los demócratas se reinventan de cara a las legislativas

Aspirantes con poca experiencia han derrotado en las primarias a legisladores consolidados.

Tras la inesperada victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales 2016 y las políticas que han aterrizado en Estados Unidos de su mano, el Partido Demócrata ha experimentado la llegada de nuevos rostros, algunos de ellos más progresistas, para afrontar las legislativas de noviembre.

A falta de que surja un nuevo líder en la esfera pública que aúne los esfuerzos demócratas, los comicios que tendrán lugar en menos de un mes supondrán lo que históricamente se considera un "referéndum" sobre el presidente, pero también una toma de temperatura del futuro de la oposición.

Aunque los expertos coinciden en que aún es pronto para saber el impacto de esta posible renovación de los demócratas frente a los viejos candidatos del "establishment", sí parecen reconocer un ineludible aumento de la implicación política entre los más jóvenes, las minorías y las mujeres, que pueden redefinir el partido.

Aun así, pese al incremento de las victorias en las primarias de aspirantes más escorados a la izquierda respecto a otros años electorales, los demócratas clásicos siguen registrando mejores cifras vencedoras.

Según los datos del centro de estudios Brookings, de todos los aspirantes demócratas que no ocupan un asiento en la Cámara de Representantes y que se presentaron en las primarias, 101 identificados como progresistas resultaron vencedores, mientras que 139 ganaron como abanderados del aparato del partido.

Gayle Alberda, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Fairfield, en Conneticut, explicó que la campaña del senador Bernie Sanders en las primarias demócratas para llegar a la Casa Blanca en 2016 "demostró que los progresistas tienen un lugar" en la política nacional del partido.

Los "millenials" se están convirtiendo en parte del electorado. "También se convertirán en el bloque electoral más grande en un futuro cercano, superando en número a los 'baby boomers' (los nacidos entre 1946 y 1964)", aseguró.

"Como resultado -agregó-, el partido probablemente apoyará a la facción progresista para poder captar a la cohorte 'millenial' que se identifica" con esa línea ideológica.

En los últimos meses, numerosos aspirantes con poca o ninguna experiencia política han ganado en las primarias a legisladores consolidados durante años, caras nuevas situadas más a la izquierda del tradicional ideario demócrata.

Ejemplo de ello son la afroamericana Ayanna Pressley, que tumbó al veterano Mike Capuano para acceder a un asiento por Massachussetts, que este último ocupaba desde hacía 20 años, o la mediática Alexandria Ocasio-Cortez, que acabó con Joseph Crowley, llamado a ser el futuro líder del partido en la Cámara Baja.

No obstante, como apuntó el profesor de Ciencia Política de la Universidad Nothern Iowa Christopher Larimer, la consolidación de esta posible renovación demócrata no podrá apuntalarse hasta conocer los resultados de los comicios del 6 de noviembre.

A su juicio, dependerá de dos factores: la medida en que los progresistas obtengan triunfos en sus distritos y estados, y la mayor o menor participación de los jóvenes.

"La pregunta es cuán diferente será realmente este ciclo electoral. ¿Estos nuevos rostros movilizarán a esos votantes ocasionales dentro del partido?, se preguntó.

"En este momento, hay algunos candidatos progresistas que generan entusiasmo entre los activistas del partido, pero aún no sabemos si estos candidatos apelan a los no activistas, los votantes demócratas que votan regularmente en ciclos presidenciales, pero con menos frecuencia durante las elecciones de medio mandato", indicó.

Lia Parada, directora de Asuntos de Gobierno del centro de estudios Center For American Progress, calificó el fenómeno de "crecimiento necesario".

"Durante mucho tiempo el Partido Demócrata ha dicho que es el partido de los jóvenes, las minorías y la clase trabajadora, pero ahora por fin estamos viendo como eso cristaliza en sus candidatos", afirmó.

Aunque Parada insistió en que las nuevas caras no tienen por qué ser necesariamente más izquierdistas, la llegada de representantes de orígenes más diversos anuncia un cambio inevitable frente a la mayoría masculina y blanca que todavía domina la política del país.

"Estamos viendo un cambio que no habíamos visto antes -reiteró Parada-. Y es un cambio necesario".

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