La caravana de migrantes centroamericanos que entró a México llegó el lunes al sureño estado de Oaxaca, todavía a cientos de millas de cumplir el sueño americano.
Desde su ingreso a territorio mexicano a finales de la pasada semana, este contingente que entró por el puente fronterizo pero sin atender a las autoridades migratorias y sin solicitar asilo, han recorrido a pie y en vehículos de carga más de 186 millas.
No obstante, se sitúan todavía muy lejos de la frontera con Estados Unidos, la meta de muchos de ellos, pues Tijuana queda a unas 2,330 millas por carretera.
En esta primera caravana de 2019 viaja Griselda y su hija Génesis, de un año y ocho meses.
"Quiero un mejor futuro para la niña, es lo que busco, allá (en Honduras está todo muy macaneado (mal). Y quizás no ganaría para los estudios de ella", apuntó la joven madre.
Esperanzada, la mujer desea que el significado de su bebé, un nombre de origen bíblico, se traduzca en un nuevo inicio para una mejor vida.
En Honduras narró, no le alcanzaba ni para darle una buena alimentación a su pequeña.
EEUU
La caravana en la que viajaba, que en las últimas horas dejó Huixtla, en el suroriental estado de Chiapas, arribó este lunes a San Pedro Tapanatepec, un municipio ubicado en la zona oriente del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca.
Con este nuevo contingente de centroamericanos, este municipio de Oaxaca -uno de los estados más pobres del país- ha albergado a todas las caravanas migrantes que hasta la fecha han cruzado México.
El fenómeno empezó a mediados de octubre de 2018 cuando miles de migrantes, en su mayoría hondureños y salvadoreños, iniciaron este éxodo en grupo para sentirse más seguros, y causando choques diplomáticos entre distintas naciones.
De acuerdo con autoridades de Protección Civil de Oaxaca, el nuevo contingente suma casi 2,000 migrantes.
Reciben ayuda humanitaria por parte de las autoridades estatales, federales y civiles, pero esta ha disminuido, lamentan.
José Saldívar Martínez dejó en Honduras a su esposa y tres hijas de 11, 16 y 18 años.
Y anhela, como tantos otros, que una vez que llegue a Estados Unidos podrá volver a ver a su familia, probablemente mediante una reunificación familiar.
"Ahora ya no nos quieren dar. Yo pedí una cobija porque aquí en la noche hace frío bastante", pero una muchacha, aseguró, le dijo que en las anteriores caravanas tiraron lo que les ofrecían.
De esta manera, el migrante lamentó: "Pagan justos por pecadores".
Pero aun así, los migrantes mantienen la idea de llegar a los Estados Unidos y trabajar pese a las adversidades.
"No vamos a hacer ningún borlote (altercado) allá. Nosotros somos una nueva generación que queremos trabajar en cualquier lugar", apuntó Saldívar.
De acuerdo con las autoridades municipales, en esta primera caravana del año viajan aproximadamente 300 niños, a quienes a parte de brindarles agua, medicamentos y comida, se les entretiene con actividades lúdicas para tratar de eliminar el estrés que representa para ellos emigrar.
La delegada del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia en el Istmo de Tehuantepec, Argelia Lázaro, puntualizó a Efe que estas actividades con los niños, especialmente el dibujo, sirve a los menores para "plasmar" su realidad.
"Hay niños que han pintado caras sonrientes y otros que han pintado caras tristes. Y hemos encontrado sonrisas negras también", agregó la experta.
A lo largo del lunes, se espera que a este convoy los alcance un contingente de 200 migrantes que quedó rezagado en Arriaga, Chiapas.
Una ver reunificados, la caravana partirá rumbo a Matías Romero, Oaxaca, a unas 80 millas, para luego seguir su camino hacia Veracruz, como se hizo en anteriores ocasiones.
Paralelamente, más de 6,700 migrantes continúan en la frontera entre México y Guatemala, atendiendo la petición del primer país de entrar de manera regular y ordena, con una tarjeta de visitante por razones humanitarias que les permitirá vivir durante un año, e incluso trabajar.
Según el último reporte del Instituto Nacional de Migración (Inami), se han registrado 5,605 solicitudes de visitante por razones humanitarias de adultos y 1,186 de niños y adolescentes.