En Estados Unidos el debate sobre los cupones de comida, financiados por el estado, ha llegado a la campaña electoral.
Los candidatos republicanos proponen anular o reducir drásticamente este sistema de subsidios que nació tras la crisis de 1929 y del que se beneficia el 15% de la población estadounidense.
En los últimos cuatro años el número de beneficiarios se ha disparado.
Para los republicanos, el culpable de que más personas necesiten subsidios tiene nombre y apellido: Barack Obama.