El asesinato de cinco policías de Dallas durante una manifestación en julio de 2016, dejó una profunda herida en la comunidad que poco a poco ha sido aliviada con recuerdos y conmemoraciones de los oficiales.
Por ello, la decisión del Ayuntamiento de Dallas de ordenar quitar un mural que honra la memoria de estos policías abatidos en cumplimiento de su deber abre la herida y causa molestia, principalmente entre familiares y amigos.
Tal es el caso de la madre del oficial Patricio Zamarripa, uno de los agentes que perdieron la vida ese día.
''Estoy muy triste porque no saben dónde lo van a poner y no se puede ir a la basura porque es para mi hijo y los otros policías que dieron su vida'', dijo Valeria Zamarripa.
El mural pintado por un artista local está sobre una cerca de lámina que es la parte trasera de un restaurante/club nocturno en Oak Cliff.
Pero el problema es que según las autoridades, la barda de metal obstruye la visión de los automovilistas que hacen ''alto'' en la esquina y no pueden ver si vienen autos por lo que tienen que salir un poco hacia la calle que cruza, lo que los expone a un choque.
Los propietarios dicen que supuestamente llegaron a un acuerdo con la ciudad, pero ahora los están multando por cada día que pasa y no quitan la cerca.
