Enrique Arochi fue sentenciado a cadena perpetua por la desaparición de Christina Morris.
La familia de Christina estuvo presente y pudieron hablarle de frente al convicto.
La madre le dijo que no iba a descansar para lograr que la memoria de su hija fuera recordada siempre con dignidad respeto.
Su padre le dijo que no hay un día en el que piense en el horror que vivió su hija y que espera que se pudra en el infierno y que sufra por lo que le hizo pasar a su hija.
Ellos dijeron que su mundo cambió cuando ella desapareció.
La madrastra le suplicó que les permitiera traer a Christina a casa y les dijera dónde está.
La defensa por su parte dijo que fue un juicio justo pero que presentaran una apelación.
