Los familiares de cinco oficiales asesinados el 7 de julio de 2016, se reunirán este martes para un servicio conmemorativo privado en la sede de la policía de Dallas.
Los policías fueron emboscados y abatidos al final de una manifestación contra la brutalidad policiaca en el centro de la ciudad. Ahí, un hombre armado con un rifle, identificado posteriormente como Micah Xavier Johnson, los esperaba al final de la ruta de la protesta para consumar el crimen.
Cuatro años después, las autoridades quiere que se recuerde a los oficiales Brent Thompson, Michael Krohl, Michael Smith, Patrick Zamarripa y Lorne Ahrens.
Los cinco oficiales murieron y otros siete resultaron heridos antes de que la policía pudiera matar al sospechoso con un robot que llevaba una granada, que estaba atrincherado dentro de las instalaciones de la escuela Centro College.
Más tarde, las autoridades supieron que el pistolero tenía antecedentes de problemas mentales y rencor contra la policía.
Los líderes sindicales de la policía coinciden en que es necesario reformar la capacitación y la rendición de cuentas.
Pero también dicen que la policía tiene derechos constitucionales que también deben ser protegidos y que los oficiales están teniendo una mala reputación en el ambiente de protesta actual.
"Es una herida profunda y tomará mucho tiempo, si es que se cura", dijo el presidente de la Asociación de Policía de Dallas, Mike Mata.
