En vísperas de Navidad, un juez alargó una pelea legal de una madre cuya bebé vive gracias a los aparatos que la mantienen con vida, contra un hospital que humanamente argumenta que ya nada se puede hacer por ella.
La pequeña Tinslee Lewis, quien nació prematuramente, lleva cinco meses en el Cook Children's Hospital, la mitad de su corta vida. Desde julio fue internada por complicaciones respiratorias y cardiovasculares, una enfermedad congénita que la madre ha logrado extender legalmente porque en el hospital han sugerido desconectarla.
Humanamente ya no se puede hacer nada, debía ser desconectada. De hecho, la bebé está sufriendo y los doctores y enfermeras han hecho todo lo posibles por mantenerla viva, han argumentado las autoridades del hospital.
Pero un juez otorgó una orden de restricción temporal que impidió que sucediera y la lucha de Tinslee continuó por otros 11 días. Pero el plazo se venció.
Anoche, la madre dijo que no cree en los reportes médicos y dije que el hecho de que su bebé no muere es un signo de que está peleando por vivir.
Una jueza otorgó tres semanas más para que la pequeña Tinslee Lewis la mantengan conectada y el 2 de enero se realizará otra audiencia para evaluar la situación nuevamente.
Además exhortó a los abogados de ambas partes para que documenten mejor sus argumentos para tomar una decisión final.
Se ha buscado trasladar a la menor a otro hospital pero nadie quiere recibirla, ya que especialistas han declarado que ya nada se puede hacer por ella.
