HOUSTON – El fiscal general de Texas, Ken Paxton se entregó este lunes en la mañana a las autoridades del Condado Collin (norte de Texas) para enfrentar los cargos de tres delitos mayores que se le imputan.
Paxton está acusado de dos cargos de fraude de valores y uno por no registrarse como comisionista de valores ante la Junta de Valores de Texas.
Paxton fue fotografiado y sus huellas fueron tomadas, antes de que fuera puesto en libertad tras pagar una fianza.
De 52 años, Paxton ha enfrentado serias críticas por su rol en transacciones financieras antes de que se convirtiera en Fiscal General de Texas.
Paxton se convirtió en el segundo alto funcionario, después del gobernador Rick Perry, en ser acusado de delitos graves mientras ejerce su mandato.
Los cargos contra el republicano se derivan de una investigación llevada a cabo por los Rangers de Texas.
Los dos primeros son delitos de primer grado punibles con hasta 99 años de prisión. El último es un delito grave de tercer grado que conlleva una pena de hasta 10 años de cárcel.
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El portavoz de Paxton, Anthony Holm, dijo que las acusaciones contra su jefe son “una cacería de brujas”.
Las acusaciones se remontan a la época de Paxton como miembro de la Cámara de Representantes de Texas.
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