
Jamarion White, de 19 años, fue acusado por autoridades federales mediante denuncia penal de posesión de un arma convertida a automática y fue arrestado la semana pasada. Posteriormente, el estado lo acusó del asesinato el 9 de junio de Kevin Hernández, de 18 años.
"Pensar que algunos de los presuntos criminales más violentos de nuestro DFW están armados con dispositivos de conversión de armar no sólo es inquietante, sino aterrador", dijo la fiscal federal Leigha Simonton. “Las armas equipadas con interruptores pueden disparar más rápido que los M4 militares. Este no es el tipo de arma que queremos que lleven los delincuentes".
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Según la denuncia federal revelada hoy, el 12 de junio, apenas tres días después del presunto asesinato, las autoridades recibieron una llamada sobre dos hombres sospechosos fumando marihuana dentro de un “Ford destartalado”. Cuando los agentes llegaron a la escena, se acercaron al vehículo sospechoso y encontraron al White, un conocido miembro de la pandilla criminal callejera 65 Groveside, en el asiento delantero.
Un oficial vio una pistola Glock debajo de la pierna de White y le indicó que colocara sus manos en el tablero. White huyó, dejando el arma a la vista en el asiento. Los agentes lo persiguieron hasta una zona boscosa, donde lo perdieron de vista. Finalmente, lo localizaron en una casa cercana después de recibir una llamada sobre un intruso desconocido.
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Cuando los oficiales regresaron al vehículo para asegurar el arma de fuego, ya no estaba. Un transeúnte informó que durante la persecución, otro hombre sacó una bolsa del Ford y la colocó en un automóvil cercano. Los oficiales localizaron la bolsa, que contenía tres Glocks cargadas, todas equipadas con dispositivos de conversión de ametralladoras, conocidos coloquialmente como “interruptores”.
Una búsqueda posterior en las cuentas de redes sociales White arrojó fotografías del acusado supuestamente sosteniendo una de las armas equipadas con interruptores, así como un video musical en el que el acusado supuestamente explica cómo funcionan los interruptores y la devastación que causan.
Si es declarado culpable del cargo, enfrenta hasta 10 años en una prisión federal.
El caso es parte de la “Operación Texas Kill Switch”, una iniciativa estatal que tiene como objetivo los dispositivos de conversión de ametralladoras, que transforman armas de fuego semiautomáticas disponibles comercialmente en armas completamente automáticas capaces de disparar más rápido que las ametralladoras de grado militar.