Tropiezos para reforma migratoria

El Senado rechazó el miércoles dos enmiendas republicanas al proyecto de ley integral de reforma migratoria que buscaban aumentar los requisitos de seguridad fronteriza, mientras que una importante comisión de la cámara de representantes se disponía a votar su segundo proyecto sobre migración.

En tanto, luego de mantener conversaciones reservadas, senadores influyentes declararon que están cerca de lograr un acuerdo bipartidista sobre las cláusulas para reforzar la seguridad en la frontera que deben quedar incluidas en el proyecto.
Fuentes oficiales dijeron el miércoles por la noche que bajo el acuerdo en ciernes, el gobierno podría conceder estatus legal a inmigrantes que viven en el país sin la debida autorización mientras se tomaban las medidas adicionales de seguridad.
No se emitirían permisos de residencia permanente -la cédula verde- hasta tanto el plan estuviese plenamente vigente.
Las fuentes hablaron bajo la condición de anonimato por no estar autorizadas a divulgar los términos de un plan aún no aprobado.
De ser aprobado, el cambio podría dar un poderoso impulso a la reforma inmigratoria, el rubro más importante en la agenda del presidente Barack Obama para su segundo cuatrienio.
La propuesta del republicano por Kentucky Rand Paul, derrotada 61-37, condicionaba la reforma migratoria a una votación del Congreso sobre si la frontera estadounidense es segura y estipulaba que la legalización de los inmigrantes sin papeles comenzara solamente después de que se hubiera construido una cerca fronteriza en 2018.
Una propuesta similar presentada por el republicano Mike Lee de Utah, para que el Congreso certifique cómo el gobierno federal implementa las estrategias de seguridad fronteriza, fue derrotada 39-59.
En cambio, la cámara alta adoptó 72-26 una enmienda del demócrata por Virginia Occidental Joe Manchin para limitar a 230.700 dólares el salario anual de los contratistas que realizan labores de seguridad fronteriza para el gobierno federal.
También adoptó de manera unánime una enmienda del demócrata Mark Pryor de Arkansas para promover el reclutamiento de ex integrantes de las fuerzas armadas en los organismos gubernamentales encargados de la seguridad fronteriza y otra del demócrata por Oregon Jeff Merkley para que las agencias estatales de empleo estatales certifiquen si los patronos se esfuerzan lo suficiente para contratar trabajadores locales antes de contratar a inmigrantes con la visa H-2B.
Una propuesta del republicano por Nevada Dean Heller para que la comisión de seguridad fronteriza que crearía el proyecto de ley incluya a un representante de Nevada fue aprobada con votación 89-9.
El jefe de la bancada mayoritaria en el Senado, el demócrata por Nevada Harry Reid, dijo que estaba a punto de anunciar otro paquete de enmiendas que probablemente serán votadas el jueves.
El Senado ha votado 10 de las 163 enmiendas presentadas hasta el momento.
Los votos ocurrieron en el pleno mientras un grupo bipartidista negociaba una enmienda que satisfaga las expectativas republicanas de incrementar la seguridad fronteriza y aplaque los temores demócratas de ofrecer a los inmigrantes sin papeles un mecanismo accesible para su naturalización.
El republicano por Iowa Chuck Grassley dijo el miércoles que el grupo bipartidista de senadores busca un punto intermedio entre el proyecto de ley elaborado por ocho senadores y una enmienda presentada por el republicano de Texas John Cornyn -según la cual los 11 millones de inmigrantes sin papeles podrían regularizar su estatus solamente después de que sea arrestado el 90% de las personas que intentan ingresar ilegalmente a territorio estadounidense. Agregó que ha habido problemas para lograr un consenso "porque los demócratas no quieren condicionar la legalización" de los inmigrantes sin papeles.
La enmienda de Cornyn ha generado atención considerable entre sus copartidarios insatisfechos con el proyecto de ley integral porque consideran que no garantiza debidamente la seguridad fronteriza.
Los republicanos John Hoeven (Dakota del Norte) y Bob Corker (Tenesí) habían expresado la víspera su interés en negociar con los ocho autores del proyecto de ley una enmienda que especifique el equipo y la tecnología que la Patrulla Fronteriza necesitaría para detener el 90% de los inmigrantes que intentan ingresar ilegalmente a territorio estadounidense en cada uno de los nueve sectores en que está dividida la frontera con México.
Hoeven y Corker buscan maneras de fusionar su enmienda con otras relacionadas a seguridad fronteriza con la esperanza de lograr un consenso bipartidista a favor de la legislación.
Los demócratas rechazaron la enmienda de Cornyn por considerar que postergaría indefinidamente la legalización de los inmigrantes sin papeles, pero han expresado su preferencia para obtener más de los 60 votos requeridos para aprobar el proyecto de ley, como una manera de presionar a la cámara baja para que acoja su enfoque.
Reid ha reiterado su urgencia de comenzar a votar enmiendas cuanto antes para aprobar antes del 4 de julio el proyecto de ley, que condiciona a un reforzamiento de la seguridad fronteriza la opción a la naturalización de los 11 millones de inmigrantes sin papeles que no tengan prontuario policial, que paguen multas por 2.000 dólares y que pasen 10 años con un estatus provisional que les permita trabajar y viajar al extranjero.
Entretanto, la comisión judicial de la cámara baja se disponía el miércoles a emitir su segundo voto del año sobre política migratoria, al someter a votación un proyecto de ley que busca crear un programa sobre trabajadores agrícolas.
A diferencia del enfoque integral con que el Senado abordó la reforma migratoria, la mayoría republicana en la cámara baja ha mostrado preferencia por proyectos de ley separados y con énfasis en medidas restrictivas a la inmigración ilegal.
La comisión aprobó la noche del martes con votación 25-15 un proyecto de ley que busca aplicar duras penas a cualquier persona que se encuentre en Estados Unidos sin permiso de residencia. Los demócratas calificaron la legislación como peligrosa.
Los 25 legisladores demócratas hispanos tenían previsto reunirse la tarde del miércoles con el presidente de la cámara baja, el republicano por Ohio John Boehner, a quien le pedirán que apoye un proyecto de ley integral elaborado por un grupo bipartidista de siete legisladores y que no exija el apoyo mayoritario de la bancada republicana para aprobar la reforma migratoria, tal como Boehner anunció la víspera que planea hacer.
Obama ha reiterado su expectativa de que el Congreso apruebe la reforma migratoria antes de su receso veraniego previsto el 2 de agosto.
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