Residentes de Fort Worth y líderes comunitarios del norte de Texas piden renuncias en el gobierno municipal tras la muerte de una mujer de la raza negra a manos de un policía de esta ciudad.
La protesta y el enojo es palpable y piden que sean cesados varias personas que no han sabido manejar ni presentar los detalles del incidente donde murió Atatiana Jefferson, quien estaba dentro de su casa cuando llegó un policía y la mató, presuntamente porque tenía una pistola. Ella estaba cuidando a su sobrino.
La reunión del concejo de Fort Worth fue tan tensa que varios manifestantes fueron sacados del recinto. Y afuera, cientos más que no pudieron pasar, exigieron por varias horas entrar a la sesión.
Con pancartas y a gritos, los residentes manifestaron su frustración y su desconfianza con la policía, y así se mantuvieron hasta que terminó la reunión hasta después de medianoche del martes.
La alcaldes de Fort Worth instruyó al administrador de la ciudad a que contrate a alguien externo para revisar los procedimientos de la policía.
Pero esto no satisface a los manifestantes quienes argumentan que el problema va más allá.