México: Visita papal lejana de élite religiosa

La influencia de cuatro obispos indigenistas, amigos del papa Francisco, fue determinante

La influencia de cuatro obispos mexicanos formados en la pastoral indigenista fue determinante al momento de diseñar la agenda que cumplirá el papa Francisco durante la primera visita que hará a México.

Se trata de los obispos Raúl Vera, Felipe Arizmendi, Alberto Suárez Inda y Carlos Aguiar, quienes encabezan las diócesis de Saltillo, Tuxtla Gutiérrez, Morelia y Tlalnepantla, respectivamente.

"Ellos cuatro tienen otra cosa en común, son los amigos mexicanos más cercanos al papa Francisco y son la clave para entender su viaje a México", publicó el diario digital Eje Central.

Los cuatro tienen en común un trabajo de décadas en el que han cuestionado a los políticos mexicanos, denunciado violaciones a los derechos humanos y los actos de corrupción que se cometen en el país; además, han sido perseguidos o amenazados y, recuerda la publicación, no cuentan con la simpatía de "la más alta y conservadora jerarquía eclesial mexicana".

Tras escuchar el diagnóstico que los obispos amigos le presentaron sobre México, el pontífice argentino planeó su viaje e incluyó la visita a la tumba del obispo Samuel Ruiz, a quien se criticó por su cercanía con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y con quien colaboró muy estrechamente Raúl Vera.

De hecho, el hoy obispo de Saltillo era obispo coadjutor en San Cristóbal de las Casas junto al "tatik" (papá en tzeltal) Samuel Ruiz y, tras la muerte de éste, la jerarquía católica mexicana lo removió y envió al norte del país, alejado de los indígenas.

No obstante, Vera no renunció a sus creencias sobre el rol de una Iglesia enfocada a los pobres, a los marginados, a los grupos vulnerables, y ha realizado una destacada labor en favor de los migrantes que cruzan territorio mexicano rumbo a Estados Unidos.

"Será con esos cuatro amigos y con los 23 obispos que ha nombrado, de forma estratégica, en los tres años que tiene al frente de El Vaticano, con los que construirá el nuevo rostro y perfil de la iglesia en México, y acabar con la doble figura que se tiene de la institución: una iglesia para pobres y otra para la elite de mexicanos ricos", dice Eje Central.

Hasta ahora, las sugerencias de los obispos de los pobres han cobrado mayor relevancia. Vera impulsó la propuesta de que el papa Francisco fuera a Chiapas, en vez del estado de Campeche, como propuso el gobierno encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto.

Arizmendi lo invitó a comer con los indígenas, en lugar de convocar a la tradicional comida con los cardenales y jerarcas; y la visita a Ecatepec se relaciona con la amistad que el pontífice sostiene con Carlos Aguiar, arzobispo de la Arquidiócesis de Tlalnepantla —a la que pertenece el municipio de Ecatepec— y con problemas de violencia intrafamiliar, feminicidios, migración e inseguridad.

Con Morelia lo une su cercanía con Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, y a quien no le permitió jubilarse para poder nombrarlo cardenal, con lo que, dice Eje Central, aseguró que una persona de su confianza le cuente de forma directa lo que ocurre en el país.

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