Cartel se deslinda de ataque a consulado de EEUU

En lonas colgadas en puentes asegura que no realizó el ataque.

Autoridades en el occidente de México confirmaron el viernes que un cartel de la droga colgó letreros públicos donde niega estar involucrado en un ataque con granada ocurrido el 30 de noviembre contra el consulado de Estados Unidos en la ciudad de Guadalajara. 

Varios medios de comunicación publicaron fotos de las lonas con leyendas que decían: “Nuestro Cartel se deslinda total y completamente de lo sucedido en la Embajada de los Estados Unidos (sic)”. Las lonas estaban firmadas por el “Cartel Jalisco Nueva Generación”. 

Un funcionario del gobierno del estado de Jalisco -que no estaba autorizado a ser citado por nombre- confirmó que las lonas se hallaban en un paso elevado y un puente peatonal el jueves. El funcionario no pudo responder si las mantas eran auténticas. 

Los mensajes, impresos profesionalmente en vinil, decían: “Nosotros no somos los responsables de esos hechos ni hemos dado la orden de ningún tipo de ataque en contra de esa institución”. 

“Ustedes Gobierno saben perfectamente bien quien esta (sic) haciendo las cosas con el fin de ensuciar nuestra imagen como organización”. 

El FBI, que ofrece una recompensa de $20,000 por información sobre el ataque, ha dicho que un solo atacante lanzó dos granadas al consulado mientras estaba cerrado. Nadie resultó herido. 

No queda claro si el ataque del 30 de noviembre fue planeado para que coincidiera con la toma de protesta del presidente Andrés Manuel López Obrador al día siguiente. Se sabe que los cárteles de la droga en México llevan a cabo actos espeluznantes de violencia en áreas controladas por sus rivales para provocar operativos del gobierno en territorios rivales. 

Los gobiernos de México y Estados Unidos han enfocado sus esfuerzos contra el cártel de Jalisco en particular, en parte porque es visto como uno de los grupos criminales de crecimiento más rápido. Esta semana, el nuevo gobierno anunció su primer caso de lavado de dinero contra esa organización. 

En otros ataques contra blancos estadounidenses en México, los agresores han dicho que fueron por ignorancia o por error. 

En 2010, sicarios que trabajaban para Barrio Azteca, una pandilla aliada con el cártel de Juárez, mataron a Leslie Ann Enriquez Catton, una empleada del consulado estadounidense; a su esposo Arthur Redfels, y a Alberto Salcido Ceniceros, marido de otra empleada consular en Ciudad Juárez. 

Varios expandilleros declararon que los asesinatos fueron un caso de identidad equivocada. Redfels iba conduciendo una camioneta blanca muy parecida a un vehículo que estaba marcada como objetivo de los sicarios porque pensaban que pertenecía a miembros del cártel de Sinaloa, su enemigo.

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