Un artista berlinés se ha vuelto viral al hackear el servicio de mapas de Google y lograr, paseando con un carrito con un centenar de móviles de segunda mano, que la aplicación cartográfica más usada del mundo advierta de atascos inexistentes.
El vídeo, de menos de dos minutos, en el que relata exclusivamente con imágenes cómo ha burlado el sistema de detección de atascos de Google Maps va camino de los dos millones de visualizaciones en el portal de vídeos Youtube.
La fórmula de Simon Weckert para hackear la aplicación es más ingeniosa que técnicamente compleja. Sólo se aprovecha de que este servicio de Google pinta de rojo las calles en las que detecta que los móviles conectados -que le dan permiso para usar sus datos de geolocalización- se mueven despacio.
De tal forma que, cuando el artista se paseó por calles secundarias de Berlín tirando de un carrito con 99 móviles de segunda mano conectados a internet, Google Maps entendió que había un fuerte embotellamiento en esas vías.
La acción artística va más allá de la curiosidad, porque cuando la aplicación genera rutas para ayudar a sus usuarios a llegar a un destino tiene en cuenta los atascos y los esquiva, formulando alternativas incluso en tiempo real. Así que la iniciativa de Weckert afectó a los servicios que prestó Google Maps durante su performance.
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"Transportando 99 teléfonos inteligentes en un carrito para generar tráfico virtual en Google Maps. Con esta acción es posible convertir una calle en roja, lo que tiene un impacto en el mundo físico, desviando vehículos a otra ruta", explica el artista alemán en la red social Twitter.
"Google Maps ejerce cambios virtuales sobre la ciudad real", destaca en su página web Weckert, cuya obra está centrada en el mundo digital y su impacto en la sociedad.
El artista explica en su página web que los mapas digitales del gigante tecnológico estadounidense -y otros servicios similares- poco tienen que ver con los clásicos analógicos.
"La diferencia más significativa es que los de Google son interactivos", señala Weckert, que aboga por reformular las "cuestiones relativas al poder en el discurso de la cartografía".
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El artista especula además con que el efecto de su acción podría ir mucho más allá de Google Maps, que no es poco: es la más popular de las aplicaciones cartográficas y está instalada en más de 5.000 millones de dispositivos Android en todo el mundo.
Argumenta que otras muchas aplicaciones de amplia difusión, como Airbnb, Tinder, servicios de alquiler de coches y reparto de comida a domicilio, emplean los servicios cartográficos de Google.