WASHINGTON DC - La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó el viernes la vacuna pediátrica de Pfizer contra el COVID-19 para niños de 5 a 11 años.
Así, la agencia federal sigue la recomendación sugerida por un panel el martes pasado. En una votación 17-0, los expertos dieron su visto bueno para el uso de emergencia de la vacuna en este grupo de menores.
Tras la autorización de la FDA, todavía falta un paso antes de que se empiecen a aplicar las dosis pediátricas: la semana próxima los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) deben decidir si las recomiendan y cuáles niños deben recibirlas.
Un estudio con niños de escuela primaria halló que las vacunas de Pfizer previenen la infección sintomática en el 91% de los casos, aunque es un tercio de la dosis que reciben adolescentes y adultos.
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En un análisis preliminar, funcionarios de la FDA dijeron que la protección “superaría de lejos” el riesgo de un efecto secundario muy inusual en casi todas las hipótesis de la pandemia.
EL COVID-19 EN LOS MENORES DE EDAD
Si bien el riesgo de COVID-19 grave es menor en niños que en adultos, se han registrado casos entre los de cinco a 11 años, con más de 8,300 hospitalizaciones, un tercio de los cuales requirieron cuidados intensivos, y casi 100 muertes, dijo el jefe de vacunas de la FDA, doctor Peter Marks, al panel asesor.
“Las infecciones han causado el cierre de muchas escuelas y trastornado la educación y socialización de los niños”, añadió.
“Quiero reconocer el hecho de que hay fuertes sentimientos” en el público a favor y en contra de la vacunación, dijo Marks. Añadió que la discusión sería sobre los datos científicos, “no sobre las órdenes de vacunación, que corresponden a otros organismos por fuera de la FDA”.
Las dosis para adultos de Pfizer y su socio BioNTech estaban ya recomendadas para todos los mayores de 12 años, pero los pediatras y muchos padres clamaban por protección para los niños. La muy agresiva variante Delta ha provocado un aumento alarmante de infecciones pediátricas. Por su parte, las familias están furiosas con las cuarentenas escolares y tener que decir que no a las fiestas y otros ritos de la infancia para mantener alejado el virus.
Los estados se están preparando para distribuir las vacunas —en frascos con tapa naranja para distinguirlos de las dosis adultas— apenas el gobierno dé la luz verde.
Más de 25,000 pediatras y otros centros de atención primaria se han declarado proveedores de la vacuna.