Ciudadanos abrumados por las pérdidas

Aproximadamente a media milla de donde ocurrió la explosión de la planta de fertilizantes en West, Texas, se encuentra la casa de Dee Dablins.

Aún sigue de pie, sin embargo, gran parte del interior está en añicos. Muchas de sus pertenencias se encuentran tiradas por todas partes y muchas están totalmente destruidas.

“Es increíble, es increíble”, dijo Dablins en medio de lágrimas.

La casa de Jimmy Polansky también está en muy malas condiciones. Cuando el hombre regresó a su casa, descubrió no solamente un hogar destruido, pero también vio que le robaron, varias armas ya no estaban en su lugar. El hijo de Polansky dijo que es desgarrador ver la casa donde creció en estas condiciones.

“No creo que puedan arreglarla, tenemos los techos caídos”, dijo David Polansky. “Mi madre murió en el 2002 y esta sensación es casi la misma, sólo te sientes destruido al ver todo esto”.

A pesar de todo lo que se perdió por en esta tragedia, muchos de ellos están tranquilos al saber que tienen algo más valioso que sus casas, tienen su vidas.

“Gracias a Dios que están vivos”, dijo Scott Tacker mientras abrazada a su familia. “Dios estaba viendo por encima de ellos, tenemos suerte”.

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