La Pasión de Iztapalapa, la más multitudinaria representación de la crucifixión de Cristo en el mundo, revivió este viernes una fervorosa tradición instaurada hace más de siglo y medio como agradecimiento a Dios por el fin de una epidemia.
La Pasión de Iztapalapa, la más multitudinaria representación de la crucifixión de Cristo en el mundo, revivió este viernes una fervorosa tradición instaurada hace más de siglo y medio como agradecimiento a Dios por el fin de una epidemia.