Desde las afueras de su casa en Riverside (California), Armida Chacón, la madre de Enrique Márquez, el joven que habría comprado las armas utilizadas en la masacre ocurrida en San Bernardino, dijo que está viviendo los peores momentos de su vida al ver a su hijo de 24 años vinculado con los presuntos sospechosos fallecidos, Syed Farook y Tashfeen Malik.
“Entiendan que ésta es la primera vez que paso por algo así, he estado con mucha presión, depresión, estresada y yo no sé cómo manejar esta situación”, dijo la mujer.
Enrique es descrito por su madre como un hijo ejemplar. Dice que era su mano derecha, y que nunca hubiera sospechado que hace años compró las dos armas semiautomáticas usadas en la masacre.
“Yo tenía que trabajar porque tengo que mantener a otros dos niños, entiendan, esto está siendo muy duro para mí”, agregó Chacón.
La madre dijo vivir momentos amargos y de desconsuelo, y que su vida cambió desde el miércoles, cuando la pareja cometió la masacre que terminó con las vidas de 14 personas.
“Eran no más los vecinos de al lado, yo no podía saber lo que estaban tramando”, aseguró.
Márquez sigue siendo pieza clave en las investigaciones.
Mientras, el jueves el FBI envió un equipo de buceo al lago de un parque ubicado a una milla del lugar de la masacre, en búsqueda de más pistas.
